Por: Jesús Padilla
LAS ESTADÍSTICAS DE LA MENTIRA,
O LO QUE ES PEOR, LAS ESTADÍSTICAS PARTIDISTAS
Está de moda hoy en día hacer encuestas de intención de votos y
otras para poder conducir los mercados empresariales y relanzar los productos
que deben llegar a los consumidores con un porcentaje elevado de éxito en las
ventas.
Nos adentramos en el mundo de la política y vemos como los
partidos políticos se esmeran en conseguir lo antes posible las intenciones de
votos de la población al objeto de poder preparar concienzudamente sus estrategias
de cara a las elecciones.
Se pueden ver toda clases de encuestas, de gráficos y más gráficos
todos relacionados con esos sondeos encargados a prestigiosas marcas dedicadas
a eso que llaman marketing estadístico. Los precios que se pagan en muchas
ocasiones por estas encuestas están fuera del alcance de la mayoría de los
mortales y aquellos que se aventuran a realizar sus propias encuestas acaban en
chapuzas sin remedio que culminan en el fracaso, o como en la política,
predicciones sin futuro que lo único que consiguen es engañar al electorado,
tomarle el pelo a los electores y crear esperanzas donde no las hay. Son los
tramoyistas de las ondas que juegan con la inteligencia de las personas. Y aún
se creen ellos mismos que son expertos en la materia. Me río por no llorar.
Después aparecen los analistas fracasados que inventan las
noticias poniendo y quitando cargos de los partidos por causas que no conocen
ni los afectados. Todo un despropósito con tal de que alguien lea cuatro
paparruchadas sin sentido alguno. Una cosa es opinar y otra hacer quinielas a
ver si toca.
En un sondeo de opinión las preguntas deben ser directas y el muestreo lo más amplio posible para que
sea más certero, porque se trata de eso, de obtener información a partir de
unas muestras que no son más que datos estadísticos, una parte de esa información que se obtiene y que se
selecciona para que sirva de muestreo. Pero no deja de ser una información
obtenida al azar y como tal pues crea incertidumbre en los resultados aunque en
otras ocasiones cuando los hechos analizados son claros la muestra es fiable
casi a un 100% pese a realizarse como decía de forma aleatoria entre la
población. Está claro pues que mientras mayor sea el tamaño de la muestra en la
encuesta esta es más fiable. Aún recuerdo mi época de bachillerato en la que
solíamos emplear estos procedimientos para hacer estimaciones sobre diferentes
temas en clase de Matemáticas y que aplicábamos en la clase de política y en la
de geografía.
Estos muestreos van desde el aleatorio más simple, al más
sistemático. Todos tienen un fin y ese fin se aplica a todas las actividades de
la vida como, la natalidad, las oposiciones y búsqueda de empleo, programas
culturales, elecciones etc.,etc.,. Vamos que esto de la estadística está solo
al alcance de matemáticos estadísticos e incluso en muchas ocasiones, y con
años de experiencia, les resulta difícil hacerlas de forma certera.
De ahí mi artículo de opinión.
En la política no cabe la bolita de cristal, ni la margarita que
se deshoja. En la política los resultados de una legislatura a otra cambian de
forma radical en la misma proporción que cambian las estadísticas y las
intenciones de votos.
Estas estadísticas partidistas, engañosas, estadísticas al fin y
al cabo construidas con escasos datos, muchas realizadas con programas
informáticos online, gratuitos muchos de ellos, de escaso valor y credibilidad,
sin asesoramiento de verdaderos expertos invaden no solo el espacio de quienes
se ganan la vida realizado estas labores, sino que, además, realizan una
competencia desleal que puede dañar gravemente la imagen de empresas, partidos
políticos e instituciones. Quizás su conocimiento, o sus neuronas, no les den lo
suficiente como para darse cuenta el daño que hacen a terceros, y sea tal el
ansia de ser protagonistas y llegar primeros a todo que le impidan ver más allá
de sus narices.
De ahí también mi titular.
"Las estadísticas de la mentira", porque no son creíbles
y se fundamentan en falsos datos sacados a voleo y sin estudio previo, o lo que
es peor "las estadísticas partidistas" porque la usan generalmente
los lameculos del mandamás, o el estómago agradecido del politiquillo del tres
al cuarto para favorecer su deteriorada imagen y engañar nuevamente a los
electores con sus falsas promesas.
Picar, lo que se dice picar en sus redes, solo los que aún tienen
puesta la venda en los ojos o los que no ven más allá de dos palmos de sus
narices. Las personas inteligentes, las
que verdaderamente tienen su cabeza sobre los hombros, ven el engaño a
la legua y el humo a lejos.
En esta Vega de San Mateo se ha vendido tanto humo en estos cuatro
años que no hay estadísticas que puedan apagar el fuego que lo ha generado
porque, noble sí, pero este pueblo, tonto, lo que se dice tonto, no es, pese a
los cantos de sirena de aquellos que como siempre intentan camelar a los más
incautos para hacerles creer que el negro es blanco y el blanco es negro. Eso
por suerte se acabó porque ya todos han despertado del letargo al que les
tenían sometido, solo queda algún rezagado, pero pronto se pondrá al día.
¡Ah! y por si les vale la apuesta, que no la encuesta, Alternativa
por San Mateo, Partido Socialista de San Mateo, y Partido Popular de San Mateo
junto a Coalición Canaria serán los férreos candidatos a gobernar el municipio.
Y no son estadísticas es la realidad de un pueblo que fue engañado hace cuatro
años, burlado hasta la saciedad, y que no quiere que le vuelvan a engañar
nuevamente y menos aún ser motivo grotesco que sonroje la cara y dé lividez al
cuerpo. Y ya saben ustedes a quien me refiero. Al doblete de pinocho.
VEGUEROS S.M.